fundamentación del proyecto


Oaxaca se sitúa en el sur de México, tiene un territorio de 95,364 km2 dividido en 7 regiones que corresponden a microambientes climáticos, culturales, étnicos. Cuenta con 3.5 millones de habitantes, de los cuales el 54% es indígena, siento los grupos principales, zapotecos y mixtecos. Según el Informe sobre Desarrollo Humano del PNUD 2009, Oaxaca posee uno de los índices más altos de analfabetismo en México, 19.77%. El 70% de la población no tiene satisfechas las necesidades básicas de supervivencia (agua potable, electricidad, drenaje, pisos y paredes de cemento). Cada hogar oaxaqueño está habitado por una media de siete personas. La esperanza de vida es de las más bajas del país.


Oaxaca, como otros estados pobres del sur de la República Mexicana, todavía tiene fuertes estructuras caciquiles y la aplicación de la ley es selectiva. Su desarrollo económico está basado sobre todo en el campo, hecho por el cual históricamente ha dependido de los apoyos gubernamentales, quedando así supeditada la relación de los indígenas, campesinos y agricultores con el Partido Revolucionario Institucional (PRI). En la actualidad la coalición gobernante PAN-PRD-PT-Convergencia.


Es por la situación que se vive en Oaxaca previamente descrita y por el abandono por parte de las instituciones de las demandas y necesidades de las comunidades indígenas y de gran parte de la población que surge la idea de este proyecto.


Dado el carácter básicamente agrícola de la actividad económica en Oaxaca, de la cual participa la mayor parte de la población indígena, creemos necesario introducir nuevos ámbitos laborales y procesos de producción en las comunidades para desarrollar nuevas formas de producción, generar nuevos mercados, y dar los conocimientos técnicos necesarios por una mayor variedad de oficios.


Consideramos que el contexto social en Oaxaca es muy favorable para este tipo de iniciativas con los objetivos de favorecer procesos organizativos de producción que refuercen la autonomía y la independencia de los sectores de la sociedad más desfavorecida, no desde una óptica y práctica asistencialista, sino facilitándoles los medios intelectuales, materiales y técnicos para una práctica real de la autonomía mediante procesos de organización laboral cooperativa.